Harper’s Shield
Tranquilidad y seguridad para nuestros clientes
Debido a la situación actual del sector de la abogacía, las firmas de abogados deben ser altamente competitivas.
Han de superar la desconfianza del usuario habitual de sus servicios frente a los innumerables abusos de determinados despachos, que dañan día a día la imagen del sector bajo la incapacidad real de poner freno a esta situación por parte de los distintos Colegios Profesionales a pesar de su empeño.
En este contexto nace Harper ́s Shield como un sello procedente del sector privado con la clara finalidad de unificar y respaldar a todas aquellas firmas que buscan su lugar en el mercado a través de la unión de sinergias en el ámbito nacional e internacional.
La transparencia en el dialogo con todos los sujetos que interactúan en cada asunto es lo que nos va a diferenciar en el mercado.
Asimismo, Harper’s Shield certifica a otras firmas de abogados hermanadas o asociadas creando una red de sinergia tanto a nivel nacional como internacional.
Lo que facilita la gestión de asuntos de nuestros clientes respetando las máximas exigencias de calidad y facilitando la movilidad y el ejercicio de nuestros profesionales, cosa que se refleja luego en el servicio final del cliente.
- No ser demasiado grande.
Harper’s Shield mantiene un criterio de no aceptación de grandes firmas de abogados. Entiende que se corre el riesgo de dificultar el trato directo con el cliente y deshumanizar los servicios; algo que al final perciben los clientes.
Por ello uno de los requisitos es “not be too large”, no ser una firma excesivamente grande. Así la empresa puede adaptarse mejor a cambios inesperados del mercado. Y también logra satisfacer plenamente las necesidades concretas de cada cliente a través de un trato humano y personalizado.
- Ser una firma con garantía para los clientes.
Para empezar, hay que cumplir con ciertos requisitos mínimos. Estos acreditan que la firma cumple con el código deontológico, la ética profesional y que lleva a cabo su actividad bajo unos estándares mínimos de claridad, transparencia y profesionalidad; reinvirtiendo parte de sus recursos para mantener una continua actualización tanto tecnológica como de capital humano.
- Ser una firma procesalista.
Primero, tener al menos una división de la compañía dedicada al procesal y a la litigación.
Y segundo, tener acreditado cierto compromiso con la sociedad.
- Tener acreditado cierto compromiso con la sociedad.
- Llevando un determinado volumen de asuntos directamente, sin contraprestación económica inicial alguna y trabajando a éxito o cuota Litis.
Así, esa parte de la sociedad más desfavorecida tiene una defensa de sus derechos civiles y un asesoramiento jurídico gratuito. De manera efectiva, a través del sector privado, y sin tener que esperar la tardía y desalentadora gestión burocrática de la Administración Pública.
- Destinando un porcentaje de sus beneficios a determinada ONG homologada.
Siempre que lleve a cabo proyectos en la localidad donde la firma ejerce su actividad ordinariamente.